BIOGRAFÍA

© Michael Dunev

 

Nace en Buenos Aires en 1942.

Empieza a dibujar copiando detalles constructivos de los libros de su padre arquitecto. En su biblioteca descubre el arte románico y bizantino. Algo más tarde, entra en contacto con el arte abstracto a través de la obra de Poliakoff y Nicholson.

Después de clase, asiste al taller del pintor Ignacio Colombres.

Al acabar el bachillerato, viaja a Europa con el objetivo de estudiar en la Escuela de Ulm (Hoschschule für Gestaltung), entonces dirigida por Tomás Maldonado, y compaginar las dos disciplinas que más le interesan: arte y arquitectura.

En Barcelona visita el Museo Nacional de Arte de Cataluña, primer contacto directo con el arte que tanto le interesa.

Se instala en Madrid y se inscribe en la Real Academia de San Fernando. El contacto diario con Zurbarán y las frecuentes visitas al Museo del Prado, ejercen una fuerte influencia en su formación y llevan su trabajo a derroteros muy diferentes a su proyecto inicial.

En 1964 alquila un estudio cerca de la Plaza Mayor donde conoce al artista americano Robert Janz. Juntos crean el Equipo Ñ y producen una serie de obras en las que experimentan con formas intercambiables, que permiten al espectador intervenir decidiendo la posición de las mismas. Este trabajo conjunto se expone, en 1965 en Córdoba, con el título de Continuum.

Primeras tramas y cuadrados. Desaparecen las texturas características de sus primeras obras.

En 1967 se instala en Cadaqués (Gerona). Desde entonces nunca vuelve a vivir en una ciudad.

Su encuentro con el arquitecto americano Peter Harnden le descubre una nueva forma de hacer arquitectura transformando las casas de pueblo en grandes espacios. En su casa ve por por primera vez obras de Alexander Calder, Max Bill, Harry Bertoia y George Rickey entre otros.

En 1970 realiza las primeras obras concebidas como series. Su interés principal son las relaciones que se establecen entre ellas. Ya nunca abandonará esta manera de trabajar. Al mismo tiempo, desaparecen las tramas lineales y la estructura de las composiciones se simplifica. El color, menos estridente y más sutil, aplicado en pequeñas pinceladas, aporta textura a la superficie.

En 1975 se instala en Sant Martí Vell (Gerona) donde aún vive. Durante unos años se dedica a la restauración de casas rurales.

En los años 80 dedica prácticamente todo su tiempo a la obra sobre papel y a las “construcciones”. Estas, concebidas como volúmenes autónomos, combinan distintos materiales -madera, cemento, mármol o piedra-. En general, las maderas están policromadas y los cementos pigmentados.

A partir de entonces la madera se convierte en su soporte habitual que lija después de cada capa de pintura. Primeras transparencias.

Con la ayuda del arquitecto suizo Franco Bombelli, construye su casa-taller. Durante años no tiene luz eléctrica y depende de la luz natural para trabajar. Aún hoy, sus horarios están marcados por ese ritmo. Vivir aislado y en plena naturaleza es esencial para su trabajo.

A partir de 1989, produce pinturas y relieves en grandes formatos, algunas de ellas monocromáticas, en los que rompe el límite estricto del rectángulo a la manera de los “shape canvas”.

Es entonces cuando empieza a titular sus obras con el nombre de la técnica seguida por cuatro o cinco cifras. Las dos primeras indican el año en que fue realizada; las siguientes, el número de la obra dentro de la producción de ese año.

En la pintura y obra sobre papel, aparecen referencias a siluetas y plantas de construcciones primitivas.

En 1993 visita la Argentina después de veinte años de ausencia.

A partir de 1996, introduce el pan de oro que luego utilizará en una serie de pinturas a las que llama “iconos”, en los que usa un colorido que recuerda al de los iconos rusos.

También por esos años, la caída accidental de té sobre una hoja de papel es el origen de una serie en las que el azar se convierte en el punto de partida de la obra. El fondo ya no es neutro.

El uso de pequeños trozos de papel, en general pintados por él mismo, en el caso de los collages sobre papel, y de madera, en el de los relieves y collages sobre madera, se convierten en una práctica habitual. A veces, estos collages son el origen de obras en una escala mayor.

Las nuevas construcciones y pinturas, en algunos casos, se articulan a la manera de retablos o biombos.

En 2002, realiza la primera obra para un espacio concreto. Por primera vez aúna sus dos intereses principales: el arte y la arquitectura. Se trata de una pintura mural -de 2 x 13 metros- para el Hospital Universitario de Santiago de Compostela.

Viaja a Japón, en 2005, y se encuentra con una estética que siempre le había interesado. Por esta época, debido al tamaño y peso de las obras, la tela vuelve a ser el soporte más utilizado.

Recorre la Patagonia, en 2008, proyecto largamente aplazado. Se acentúa la horizontalidad de sus obras. Su relación con la inmensidad del paisaje que acaba de conocer es indudable.

En 2012, viaja a Buenos Aires para realizar una pintura mural, formada por 3 paneles, en casa de un coleccionista privado.

Las formas y colores se simplifican. En las construcciones o relieves, ya solo trabaja en madera o metal. Vuelve a usar el pan de oro en una nueva serie de iconos.

En 2017 reaparece la forma cuadrada que, en algunos casos, hace girar sobre su eje central.

En 2019 le encargan unas pinturas para el altar de una capilla en una finca privada de Toledo. Aprovecha los meses de confinamiento para encerrarse en su taller de Sant Martí Vell y trabajar en el encargo. Las pinturas quedan instaladas en mayo de 2021.

Desde 2016 vive y trabaja entre Sant Martí Vell (Gerona) y Madrid.

 

Colecciones públicas

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, España

Haus Konstructiv, Zürich, Suiza

Espace de l’Art Concret, Mouans-Sartoux, Francia

Museo de Arte Moderno, Buenos Aires, Argentina

Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano, La Plata, Argentina

Fundació Vila Casas, Barcelona, España

Col.lecció Testimoni, Fundació La Caixa, Barcelona, España